La
vivienda como función social y no como función especulativa
Desde el año
2007 se han producido en España más de cuatrocientos mil desahucios;
cuatrocientos mil dramas familiares que han llevado a la exclusión social a la
mayoría de estas familias e incluso al suicidio de algunas personas cuando la
losa del desahucio ya no les dejaba vivir en pie. Y estos cuatrocientos mil
desahucios suceden al tiempo que en
España existen alrededor de seis millones de viviendas vacías, casi la
mitad de ellas sin que hayan sido
ocupadas por primera vez. La mayoría de estas viviendas son propiedad de los
bancos; de esos mismos bancos que han sido rescatados con dinero público,
precisamente por haber puesto sus garras en la especulación urbanística, y que
estamos pagando la clase trabajadora, incluidos los desahuciados.
La Constitución
Española en su artículo 47 establece el derecho de todos los españoles a
disfrutar de una vivienda digna y adecuada. En su artículo 40, anuncia que los
poderes públicos promoverán una distribución de la renta más equitativa, y en
su artículo 128 (por citar solo tres) propone que toda la riqueza del país en
sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al
interés general ¡Que poco se han esforzado los últimos gobiernos de este país
por hacer cumplir el articulado de esa Constitución de la que algunos tanto se
pavonean!
Los dramas de
los desahucios generaron, como podía esperarse, un movimiento en principio
débil, que ha ido en aumento y contando con la simpatía y el apoyo de la gran
mayoría de la sociedad. Un movimiento, la Plataforma de Afectados por la
Hipoteca (PAH), pacífico, aunque los voceros defensores del sistema pretendan
criminalizarlo, cada vez más organizado y que,
con las únicas armas de la razón -que no son pocas-, va a conseguir
poner en un brete al Gobierno insensible del PP. El Gobierno, con toda la clase
de represiones y prohibiciones contra la PAH, no hace más que poner en
evidencia que cuando las respuestas políticas fallan a los gobiernos débiles
solo les queda las respuestas policiales.
En estos días
la consejera de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía, Elena Cortes de
Izquierda Unida, presentaba un decreto ley en defensa de la función social de
la vivienda, con el objetivo de dar respuesta, de una manera contundente, a una
situación de evidente emergencia social también en Andalucía.
Un decreto ley
que pretende cumplir, entre otras cuestiones, con los artículos antes
enunciados que consagra la Constitución y también apuntar directamente a los
culpables de la crisis.
Los mismos
voceros que critican y criminalizan a la
PAH ya empiezan a señalar con el dedo, y pronto querrán
criminalizar, a quien, también de manera pacífica puesto que el único arma ha
sido un decreto ley, quiere resolver los problemas de los ciudadanos, lo cual
tendría que ser el principal objetivo de la política y de todos los políticos.
La vivienda
tiene que ser un fin social y no especulativo.
La movilización en la calle y la actuación de IU en el gobierno andaluz
están demostrando que ¡SI SE PUEDE!
Alejandro Ávila Sánchez
Coordinador provincial de
Izquierda Unida de Toledo
y se hace ahora? por qué no se hizo antes cuando gobernaba ZP y así todos los que se echan a la calle habrían estado mas contentos, porque parece que la culpa es de Rajoy.
ResponderEliminarasí se escribe la historia de España