Declaración de la Izquierda Europea con ocasión del Foro Alternativo Mundial del Agua celebrado en Marsella, Francia, del 14 al 17 de marzo de 2012
La Izquierda Europea está decididamente comprometida en la defensa de los recursos naturales y los bienes comunes de la humanidad, donde destaca de forma especial el agua, un recurso vital y escaso. Debido a este compromiso participó y apoyó activamente el Foro Alternativo Mundial del Agua, que se ha clausurado hoy en Marsella, Francia, y que se celebró durante los días 14 a 17 de marzo de 2012.
Al igual que el aire, el sol y los bosques, el agua es un recurso de la humanidad que debe preservarse para mantener los ecosistemas que permiten la vida sobre la Tierra. El agua no es, en ningún caso, una mercancía.
La Izquierda Europea defiende con firmeza el derecho inalienable al agua como derecho humano y bien común de la humanidad, comprometida en la lucha por lograr la propiedad y gestión pública del agua y de los servicios de saneamiento que eviten la degradación y faciliten la reutilización de este recurso.
La crisis actual del capitalismo neoliberal pone en peligro el conjunto de los recursos naturales y los bienes de propiedad común. Vemos, por ejemplo, a los gobiernos europeos utilizar la crisis como pretexto para establecer un proceso brutal de privatizaciones sin límite y en todos los ámbitos. Han convertido la deuda pública en la punta de lanza del mecanismo destinado a privatizar todo lo público, como nos muestra con toda crudeza el caso de Grecia, donde en dos meses se privatizarán todas las entidades públicas que gestionan el agua.
En esta situación, la Izquierda Europea denuncia la configuración actual del Foro Mundial del Agua ya que está promovido por las grandes compañías privadas que pretenden apropiarse del agua con el único objetivo de comerciar con ella e incrementar los beneficios empresariales, eliminando, al tiempo, toda posibilidad de intervención democrática en la gestión del agua por parte de la ciudadanía.
Sin embargo, para la Izquierda Europea, la implicación de la ciudadanía, de las personas usuarias del agua, de las asociaciones ecologistas, de los sindicatos, de las asociaciones vecinales y de las administraciones públicas locales, es un objetivo esencial en la lucha contra la amenaza de privatización. Por ello apoya la amplia lucha social que se desarrolla en Europa en defensa del agua y, sobre todo, apoya el método del referéndum promovido desde la base de la sociedad que abre la consulta a toda la ciudadanía sobre la propiedad y gestión pública del agua (Italia, Portugal, España, Francia,…).
En efecto, la Izquierda Europea considera que sólo un verdadero servicio público puede garantizar el derecho al agua. Este servicio público tiene que fundarse sobre una organización descentralizada y controlada localmente por los plenos municipales y parlamentos autonómicos, las personas usuarias y el mundo del trabajo. Esto no puede ser realizado más que con el soporte financiero del estado en los ámbitos autonómicos, estatales y europeos, colectivizando los medios para facilitar el reparto de cargas de forma justa y solidaria, con acceso universal y equitativo al agua y al saneamiento independientemente del lugar donde se viva, creando la formación profesional reglada en el área del conocimiento relativa al agua y desarrollando la investigación científica pública en este terreno ya que hoy está acaparada por las multinacionales del agua. En la práctica, lo dicho se traduce en la garantía de acceso a la cantidad mínima de agua que necesita cada persona para vivir (50 litros de agua por día y persona según la recomendación de Naciones Unidas), y en una gestión que diferencia los usos del agua (domésticos, agrícolas, industriales, de lujo,...) como respuesta al interés general de la ciudadanía.
La Izquierda Europea apoya también las luchas e iniciativas impulsadas, por parte de las organizaciones políticas que la integran, desde las instituciones democráticas representativas de los ámbitos municipal, autonómico, estatal y europeo y a favor de la propiedad y gestión pública del agua como derecho social a preservar.
Por eso propugna en la Unión Europea la creación del Fondo Social y Solidario que sustituya al actual «Fondo Europeo de Estabilidad Financiera», ya que este último sólo sirve para imponer austeridad a la gran mayoría de las personas, la parte de la sociedad que no es responsable de la crisis financiera existente. El fondo europeo propuesto es una banca pública destinada a facilitar las inversiones al servicio de la actividad productiva que genera desarrollo humano, social y ecológico. Dicho fondo tiene que efectuar también un papel motor en la puesta en marcha de la colaboración «pública-pública» en materia de cooperación internacional, para crear una alternativa de carácter mundial al saqueo orquestado por las transnacionales.
Izquierda Europea, 17 de marzo de 2012
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