Diario Oficial de Castilla – La Mancha publicó el decreto 105/2012 por el
que se aumentan las ratios máximas de alumnos por aula para el siguiente curso
educativo. Dicho decreto (véase enlace
1) es el último ataque al sistema educativo castellano-manchego que lleva a
cabo el gobierno del Partido Popular, y desde Izquierda Unida queremos
denunciar y explicar el perjuicio que causa dicha medida al futuro de esta
Comunidad.
La carga de trabajo del profesorado se ha incrementado doblemente, por un
lado los profesores de CLM vieron como el gobierno de María Dolores de Cospedal
el pasado 3 de julio aumentaba sus horas
de docencia hasta 21 (véase enlace 2)
y por otro, dichas horas de docencia supondrán más trabajo, puesto que al aumentar
el ratio de alumnos, aumentarán el número de exámenes, ejercicios, trabajos etc.
a corregir por parte de los profesores. A todo ello hay que sumarle que los
profesores, como el resto de funcionarios, han visto como sus condiciones
económicas han mermado con los sucesivos recortes efectuados primero por el
PSOE y luego por el PP. En definitiva, a
los profesores se les está pidiendo que trabajen más horas y con mayor carga de
trabajo en dichas horas, y todo ello por menos dinero.
Lamentablemente, los profesores no serán los únicos
perjudicados por estos recortes, sino que todo el alumnado verá cómo la calidad
de su enseñanza se ve mermada. A
partir del curso que viene, por ejemplo en secundaria, podrá haber clases de
hasta 36 alumnos y en bachillerato de 40. Obviamente, se prevén más conflictos
en las clases y un clima más deteriorado en las clases, pues no es lo mismo
controlar a 36 alumnos que a un número menor. Ese clima deteriorado supone
también que los alumnos con mayores dificultades se queden atrás, lo cual
supone un problema agravado dado que el máximo de alumnos por clase dentro de
los programas de diversificación curricular (aquellos a los que va el alumnado
con mayores problemas académicos) es de 18. Es decir, que la atención especial
en Castilla – La Mancha contará con un número de alumnos que tiene muy poco de
atención individualizada.
Si bien la pérdida de calidad educativa se hará sentir en todas y cada una
de las materias, en la enseñanza de idiomas extranjeros será especialmente
acusada. Es imposible aprender a hablar un idioma oyendo a tu profesor, y
lamentablemente la enseñanza de idiomas está condenada a limitarse a poco más
que eso, puesto que si un profesor tiene 36 o 40 alumnos no puede ni dedicar
dos minutos de media a cada alumno. En esas condiciones, desarrollar una competencia
oral satisfactoria es impensable y los alumnos que quieran ir a una Escuela
Oficial de Idiomas para paliar dichas deficiencias, y a precios públicos, están
de mala suerte, porque se encontrarán con que puede haber hasta 40 alumnos en
el primer año, y 36 en los sucesivos.
Desde Izquierda Unida denunciamos la pérdida que sufre el alumnado con este
decreto, ya que recibirá menos atención de sus profesores, así como el ataque
al que se sometido el profesorado que se ve obligado a trabajar más horas, con
más carga de trabajo en dichas horas al tener más alumnos y por menos dinero. Por
último, queremos señalar que estos
recortes también afectan al necesario cambio de modelo económico de la región,
puesto que es evidente que tal cambio no se puede afrontar sin una sociedad con
un potente sistema educativo.
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